viernes, 10 de octubre de 2014

El adiós

Te extraño cuando huyes de madrugada y te extraño cuando camino y me tomo un café en la calle; te extraño cuando June se acerca cariñosa y cuando paso por los grandes aparadores. Te extraño casi a todas horas: cuando escribo, cuando te pienso, cuando escucho las campanas que me anuncian que ya son las tres, cuando me acuerdo de las horas interminables entre humo y whisky, cuanto tengo una comida que dura toda la tarde, también cuando me despido de ti cada día a la misma hora, cuando como en aquel lugar donde nos dio el aire y cuando escucho la radio. Adiós, Anaïs, adiós. Ya nos encontraremos en otras vidas y en otras vidas podré poseerte y quedarme contigo para siempre. Ya te veré en medio de la nieve y entre libros y vino. Adiós, tuyo siempre.

Henry

(última parte de la carta de Henry Miller a Anaïs Nin)

sábado, 13 de septiembre de 2014

Las heridas y el tiempo

"Pasa el tiempo, y con él las penas de estos misteriosos encuentros; pero al correr de los años no queda punto sensible sin cicatriz. De ahí, sin duda, la facilidad con que un viejo se enternece"
José Vasconcelos, Ulises Criollo.

Capote y la destrucción

"Existes en un mundo pendiente entre dos superestructuras, una de autoexpresión y la otra de autodestrucción. Eres fuerte pero en tu fuerza hay una grieta y a menos que aprendas a controlarla, esa grieta demostrará ser más poderosa que tu fuerza y te vencerá [...]¿Por qué? ¿Por qué esa irrazonable ira cuando ves a otros contentos, felices y satisfechos? ¿Por qué ese creciente desprecio por la gente y esas ganas de herirla? Muy bien: crees que son necios y los desprecias porque su moral, su felicidad son el origen de TU frustración y tu resentimiento. Pero esas ideas son terribles enemigos que llevas dentro de ti...y a la larga serán mortíferas; como las bacterias que resisten al tiempo, no matan al individuo sino que dejan en su modo de ser el estigma de una criatura desgarrada y retorcida; dejan fuego en su interior avivado por astillas de desprecio y odio. Podrá prosperar pero no dará fruto porque él es su propio enemigo y le estará vedado gozar intensamente de sus triunfos."
Truman Capote, "A sangre fría"

Freire y el estudio

"La comprensión de lo que se está leyendo o estudiando no sucede repentinamente como si fuera un milagro. La comprensión es trabajada, forjada por quien lee, por quien estudia, por quien, al ser sujeto de ella, debe instrumentarse para hacerla mejor. Por eso, LEER, ESTUDIAR, es un trabajo paciente, desafiante, persistente. No es tarea para gente demasiado apresurada o poco humilde que, en vez de asumir sus deficiencias, prefiere transferirlas al autor o a la autora del libro considerando que es imposible estudiarlo"
Paulo Freire

Templo de la Compañía de Jesús y los cerros humanos

Santiago (Chile), 8 de diciembre de 1863, Templo de la Compañía de Jesús:
"A las seis cuarenta y cinco, el sacristán encendió con su mecha los quemadores de la media luna que tenía en sus pies la imagen de la Virgen, representada como la Inmaculada Concepción, con su túnica blanca y su manto azul. Uno de los quemadores se abrió con exceso de presión y subió una llamarada de casi un metro. El sábado anterior había sucedido lo mismo, pero el sacristán sólo bajó la llama. Dada la solemnidad de la función, esta vez había muchas flores de papel que decoraban la columna. La llama las alcanzó rápidamente, siguió hasta el lienzo pintado, de allí al altar y del altar a través de las guirnaldas de flores en vertical hasta la cúpula. El templo era de madera y el incendio fue veloz. No todos los fieles se percataron. El altar mayor era apenas visible desde el fondo de la nave. Los primeros en salir fueron los hombres, que estaban de pie cerca de la puerta lateral que les estaba asignada [...] Las iglesias no tenían sillas ni bancos y las mujeres se sentaban sobre tapetes. El piso era desnivelado y al tratar de correr, con vestidos pesados de terciopelos y encajes, enaguas de gran ruedo y mantos largos, se tropezaron con personas semitendidas; unas cayeron sobre otras formando una pared tan compacta que se hizo inmóvil.Estos cerros humanos medían casi dos metros [...] Las llamas llegaron a la cúpula, se cayó una torre y luego el campanario. Entonces el entablado del techo fue cayendo sobre las víctimas, quedando las cabezas y el torso de una multitud abigarrada. Quienes ya no habían muerto por asfixia, murieron por el fuego".
Sol Serrano ¿Qué hacer don Dios en la República? Política y secularización en Chile (1845-1885).

Vasconelos Godínez

"Pese a la angustia solitaria de los atardeceres, me complacía estar libre de yugo: bastante lo era ya la rutina del trabajo; y era grato penetrar en cada ocaso como en la antesala de una noche cargada de promesas, magnífica para el goce y el amor en la aventura. Pagado, con la faena del día, nuestro tributo a la economía pública, era justo que la noche colmase el ansia de los bellos cuerpos, las miradas ardientes y la voluptuosidad dichosa. Nada de techos para esconderse, sino la calle en que pasean las hermosas, el jardín romántico de las citas, por la Alameda y por Santa María; el bullicio de los cafés y restaurantes, el teatro o el simple vagar por las avenidas, bajo el cielo apacible de la noche, tal era la compensación necesaria del día consagrado a las faenas molestas del lucro".
José Vasconcelos, "Ulises Criollo"

Amar lo que se hace. Hacer lo que se ama

"Voy con ganas de trabajar. Nunca sé lo que me voy a encontrar. No sé qué cuento va a resultar...es la chamba que siempre soñé: algo que me guste hacer. Escribir, pero sin tener que ser éxito. Ganar dinero, pero sin tener que sacrificar la escritura. Rutina, sin que esclavice. Un trabajo que tenga que ver con lo que soy: escribidora irredenta".
María Luisa Puga