domingo, 5 de febrero de 2012

DÍAS DE LLUVIA


Dìas de lluvia...


La Estaciòn de lluvias está ahora en su apogeo, esto es, que llueve a torrentes todas las tardes, pero las mañanas son bellísimas. El lado desagradable es que los caminos están tan malos que nuestros paseos a caballo por los alrededores se hacen penosos. Tal parece que caballo y jinete han tomado un baño de lodo después de cada una de nuestras excursiones. Es muy divertido ponerse en la ventana a eso de las cuatro y ver cómo los tremendos y repentinos aguaceros van atrapando por sorpresa a las gentes. En menos de cinco minutos las calles se vuelven ríos, y las canoas  serían más útiles que los carruajes. Cargadores hercúleos están siempre dispuestos para pasar al otro lado de la calle a los muy engalanados caballeros o damas a quienes ha sorprendido el diluvio. Cocheros y lacayos tiene listas sus grandes capas de hule, y todos los de a caballo llevan sus sarapes enrollados detrás de la silla, con los cuales, y con sus relumbrantes sombreros de cuero, pueden desafiar la tormenta. Confiados en que escampe por casualidad, lo que sucede a veces, las gentes siguen saliendo a sus visitas por las tardes; pero esto es someter a los cocheros y a los caballos a una gran crueldad, a menos que la visita se en una casa que tenga porte-cocherè, como tienen muchas, entre ellas la nuestra.

(Fuente: Calderón de la Barca, Madame. La Vida en México. Durante una residencia de dos años en ese país. México, Porrúa, 1984. (Col. Sepan Cuantos, no. 74)p. 192.


No hay comentarios:

Publicar un comentario