Escucha dueño querido
de mi discurso el intento,
como por ti he quebrantado
todos los diez mandamientos.
El primero, amar a Dios,
Yo lo tengo ofendido,
pues no lo amo por amarte
bien lo sabes dueño mío.
El Segundo, no jurar,
yo he jurado atrevido
no volver a tu amistad,
y jamás cumplo lo dicho.
El tercero, yo señora,
las fiestas no santifico,
porque todas las ocupo
en gozar de tus cariños.
El cuarto, honrar padre y madre,
y yo con tal desatino,
por estar en tu amistad
nunca les he obedecido
El quinto, no matarás,
ya yo he quebrantado el quinto,
porque a celos matar quiero
a cuantos hablan contigo
El sexto, ya tú lo sabes,
la causa de andar perdido,
que es fuerza que en ocasiones
haga la carne su oficio
El séptimo,no hurtaras,
si me fuera permitido,
hurtara cetro y corona
para ti dueño querido
[el octavo] Mil testimonios levanto,
alevoso y fementido,
pues pienso que cuantos te hablan
solicitan tus cariños
El noveno, no desear
la mujer de otro marido,
y en este punto señora es donde
más ciego vivo.
(tomado de: María Águeda Méndez, "Los 'Mandamientos de amor'
en la Inquisición
novohispana" en Cahiers
du Monde Hispanique et Luso-Bresilien. Caravelle. Num. 49, 1987.
pp- 105-112).
No hay comentarios:
Publicar un comentario